Hay lágrimas en tus ojos.
Lágrimas extrañas de otro.
Lágrimas que prohibimos en este juego que inventamos para no hablarnos.
Para no mirarnos.
Debemos ser justos.
En este tablero de mesas y espacios infinitos
tan sólo tienen permitido llorar los hielos que se hagan tristemente
entre alcohol diluido al 43%.
Recuérdalo.
Yo soy tu rey.
Tu rey cojo y tulluido.
Tu rey.
Tu nada.
Recuerda que inventamos este juego para que pudiera metértela, con la mirada
telepáticamente y despacito, para evitar sobresaltos y despertarte.
Así que borra esa mirada perdida en mares de pena multicolor
donde eres incapaz de esconderte de mi y de mi boca de sapo.
Borra y vuelve,
dejame escondorme bajo la cara oculta de esos ojos indiferentes
esconderme para sacarmela sin perjuicio ni prejuicio,
por favor una última vez;
antes de irme a dormir y morir
al fondo de ninguna parte.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario