Se rompieron los bolsillos,
cayeron todas las palabras y rodando
no quedo nada de lo robado ante la sorpresa
de un inesperado amanecer.
Se consumieron los cigarros,
tu boca finalmente se apagó.
Esta vez, ni el humo pudo salvarnos.
El Tiempo nos había traicionado.
Había huido escaleras abajo buscando la salida de emergencia,
un chivatazo y quedamos desnudos sobre la cama, tendidos
siluetas blancas
sobre donde la sangre duerme,
lobos mudos
Luna pálida
nos ahorcamos de tus cabellos,
nuestros aullidos nunca te alcanzarán,
un beso, y adiós.
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