Y si los tranvías están enterrados en lo más hondo de la ciudad,
dime
¿que prisa tienes?
Esperaremos sobre la cama, como estrellas de mar desnudas,
como cometas de cuero tendidas a secar bajo la luz de cien soles,
hasta que nuestra piel sea tiempo,
y vaporoso,
escape o muera entre las sabanas.
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Tienes razón... sin prisa. ¡Excelente poema! Un saludo lunar o simplemente demasiado terrestre.
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