"Ella está loca
y su pelo es trigo
y no le importa
Por qué iba a importarle
si su cara es la jodida vía láctea -Necesaria la interrogación-
con dos grandes lunas
y mil pecas en constelación
(las cuales me sirven de guía camino a casa
cuando estoy demasiado borracho
para poder entender mis pies)
Tiene dos diminutos dientes
-¿dos?
-tan sólo dos
que son jodidas astillas en mi cabeza
con los que muerde sus labios mi vida y a la
locura
Incluso antes unas pequeñas orejas
las cuales me comí
para calentarme en la noche
cuando te follé y pensé
hasta que la Luna se cansó de alumbrarnos
Ahora unas gafas sobre su cabeza
gafas para poder ver como no la veo
(aquel día en aquel bar
perdí mi mirada jugando con ella
a un loco escondite entre humo y alcohol)
pero dime tú que más da sí
tengo aún manos para saborear-la
piel, tierra (d)e infierno"
[...]
Una breve pausa y volvemos carretera
asfalto de la memoria.
Y es que decían
que las fotos no hablaban
y como charraba la muy puta
"Compremos un poco de sexo drogas y rock & roll"
Fue lo último que me dijo.